Poco se puede decir de esta fecha. El 11 de marzo de 2004, como mucha otra gente, me enteré cuando escuchando la SER camino de mi trabajo en Tres Cantos, Iñaki Gabilondo informó de que «algo pasaba en Atocha». Ese algo se convirtió en el mayor atentado terrorista de la historia de España. Y una huella que nunca podremos borrar de nuestra memoria. Algunos perdimos a gente conocida. Todos perdimos un trocito de nosotros mismos. Se podría hablar mucho de todo lo que ha dado de sí este trágico atentado terrorista, como se ha estirado, usado y manipulado para fines no muy dignos. Tras una sentencia judicial y por no manchar el nombre de quienes allí perdieron la vida, hoy solo podemos, solo puedo, recordarles en silencio.
Siempre estarán en nuestro recuerdo. Cada 11 de marzo. Como símbolo de las consecuencias de la brutalidad y la sinrazón de la raza humana.
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